1 de junio de 2010

..::STEP ONE::..

Esas voces se han frenado, mi cabeza ha construido el muro, para que ningún factor exterior pueda intervenir, las únicas ideas que hacen eco en ese espacio interior son las mías, los temas estaban en la mesa igual que una baraja, ya no se juega póker, ahora es solitario, hay que ir acomodando cada carta en su lugar, deshacer, desmenuzar para así al final lograr poner cada tarjeta en su lugar.

La primera tarjeta en mi mente fueron las picas, el trabajo, mi profesión, ¿por qué la quiero, por qué me gusta y qué espero de ella?

Desde niño tuve cierta atracción a los colores, a las formas, a las texturas a los aromas, a todo aquello que pudiera expresar algo de manera diferente, los dibujos y las imágenes aparecían en mi cabeza, no podía esperar a que ese frijolito en el algodón creciera ya que así podría dibujar flores de papel de muchos colores y pegarlas con resistol blanco.

Más grande, las cosas que no podía explicar las dibujaba, las rallaba, las pintaba, las moldeaba para entenderles mejor, interpretaba miradas, atendía las sombras, las luces y los tonos, al mismo tiempo quería decir cosas sin hablar, quería que mi manera “especial” de entender todo fuera visto de la misma manera.

De alguna forma comprendí que el diseño era lo mío, tenía la habilidad de crear mensajes por medio de imágenes, mismas imágenes que mi cabeza creaba desde niño. La universidad amplió mi mente, me educó a cómo crear lo adecuado a cómo plasmar lo correcto y a cómo experimentar con lo que menos se me podía ocurrir.

Al enfrentarme al monstruo de sociedad o mejor dicho al monstruo laboral las cosas fueron un poco diferentes, esas alas con las que siempre me expresaba fueron dejando de aletear, sentía una cuerda que las ataba poco a poco, la vacios de inspiración se hacían presentes y no sólo eso, también la interrogativa si de verdad eso era para mí…no había más cosquillitas en mi pansa.

He entendido que los jefes no fueron hechos para mí, pero creo que son unas criaturas que se crearon para hacerme una mejor persona y aprender que las cosas tienen un orden, una organización y un método… cosas que ellos no conocen. Pero no voy a permitir que esas criaturas de grandes bocas y poca materia gris me venzan. Siempre he tenido la valentía para hacer las cosas, para arriesgarme, pero también para saber cuándo debo moverme. Sé que tengo las capacidades para salir adelante, éste tiempo que he trabajado me ha ayudado a conocer más del medio, me he relacionado con personas indicadas y puedo decir que aun me falta un poco más de experiencia, pero cuento con la suficiente para comenzar a cimentar lo mío.

Un papel me detiene de continuar creciendo, unos meses me detienen de algo mejor, pero la venda semitransparente que tenía en los ojos se ha caído, ahora tengo claro para dónde voy y hablando laboralmente sé que éste año será muy pasivo, estaré recargando la batería para darle con todo en el que sigue, al menos hoy ya sé que quiero continuar y esperar de mi.

3 comentarios:

  1. ¡Malditos jefes desorganizados! ¡Mátalos! :*

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Me gusta mucho como escribes.

    Un abrazo desde Bogotá-Colombia... y gracias por volver !!

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